
Sin duda hemos vivido tiempos donde hemos sido limitados en nuestra libertad y sometidos a cambiar nuestras agendas que incluían viajes, proyectos, estudios, citas etc… y en algunas ocasiones hemos dicho o pensado ¿Hasta cuándo estaremos así? ¿Volveremos a la normalidad?
Hace un tiempo atrás tuve la oportunidad de ser invitado a compartir un mensaje de esperanza a una cárcel en México, iba muy contento de ser invitado y de la disposición de los reos al darme de su tiempo para escuchar de Jesús. Pasamos todo el protocolo para poder entrar, (si usted ha tenido la oportunidad de visitar alguna cárcel entenderá la sensación que eso produce).
Me sorprendieron muchas cosas, pero la que quiero compartir con usted es una que marco mi vida, al terminar mi participación, un reo se me acerca y me pregunta si puede abrazarme, yo le digo que si y doy el primer paso para abrazarlo, el empieza a llorar y me dice: “Alex nunca he sido tan libre como lo soy ahora”, yo quede impactado con sus palabras porque su condición era estar preso por muchos años. Yo le pregunte ¿Qué te llevo a sentirte así? El me dijo: “Aquí descubrí que la verdadera libertad es interna, yo estuve físicamente libre por mucho tiempo, pero preso al odio, la venganza, la soledad, amargura, desesperación, al suicidio, etc.” …Luego el me da un sobre y me dice: Yo escribí todo lo que pase en estas hojas que quiero compartir contigo porque siento que tú me entenderás, quede muy agradecido por la confianza de poder conocer sus procesos, sus fracasos y nos abrazamos como dos grandes amigos.
De regreso a donde me hospedaba no aguante las ganas de abrir el sobre, al empezar a leer cada palabra que el expresaba mis lágrimas empezaron a caer por todo el daño que de muy niño el había pasado, pero lo que más me impacto fue la parte donde decía: Jesús sanó mis heridas, perdonó mis fracasos, yo no tuve un padre que me amara, pero ahora tengo un Dios que dio su vida por mi, hoy me siento completamente libre para amar, para abrazar, para perdonar y pedir perdón. Ahora vivo con propósito …
La peor cuarentena es la vivimos internamente, es tiempo de hacer una pausa y pensar si no estamos atrapados en “prisiones internas” las cuales hemos vivido por años. Y están infectando gravemente nuestra vida, llenándolas de: odio, materialismo, egocentrismo, rencor, soberbia, temor, mentiras, envidia, queja, impaciencia, amargura, religiosidad etc.
¿Volver a ser iguales? ¿Para qué? Si debemos ser sinceros con nosotros mismos, esas prisiones internas han hecho que fracasemos proyectos, relaciones, propósitos, familias etc… ¿No se ha cansado? De vivir buscando superficialmente la aprobación, el amor, la felicidad, la paz, la espiritualidad, la esperanza, la libertad etc…
Solo una relación auténtica con Dios nos hace completamente libres y reales, pero ¿Cuántas veces volvemos a esas cadenas? Yo, muchas veces y es mi lucha diaria, donde necesito todos los días soltar el control a Él y que su palabra me transforme, no solo leyéndola sino poniéndola en practica. Amigos necesitamos soltar, quitar, renunciar a todo aquello que nos a privado de ser lo que Dios quiere que seamos, primero para con Él, para con nosotros, para nuestra familia y nuestro entorno.
Romanos 12:2
Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.
¿LIBRE O ESCLAVO? Usted Decide.
Pastor Alex Méndez / Conectando Vida
@alexmendezt
¿Hasta cuándo la cuarentena?