
¿No te pasa que cuando estas emocionado por ir algún lugar piensas en llevar todo y al llegar a tu destino te das cuenta de que olvidaste algo? Si te estás riendo con esta pregunta puede ser que te parezcas un poco a mi en esa parte. Uno de los sucesos que marco mi vida exactamente tiene que ver con otro de mis defectos que es ser olvidadizo, más cuando ando en las prisas o pensando en otras cosas. Fue un miércoles que salía de viaje, y me había hecho falta comprar algunos regalos y decidí completarlos en el aeropuerto, pasé todo el proceso de migración con mi mochila y todos los regalos. Abordamos el avión y la primera escala era en la ciudad de México, al llegar a migración llenamos unas formas para poder entrar y a un lado de mis pies puse las bolsas de regalos, un policía empezó a correr la fila y solo eso bastó para que olvidara las bolsas que llevaba en el piso.
Al llegar a donde me entregaban las maletas, recordé todos los obsequios y dije “de nuevo me sucedió”, en mi mente hago una pausa y detecto en donde fue el olvido, al querer regresar ya no se podía, en eso me encuentro un policía, le cuento lo sucedido y me dice: «debes ir a esta puerta y explicar tu situación para que te ayuden»; así lo hice, al llegar, la actitud de los policías era desafiante pero tome la decisión de admitir mi error y pedir ayuda, ellos mandaron a un policía que no encontró nada, volví con buena actitud a decirles que si yo podía ir, ellos no estaban muy convencidos pero accedieron con una condición, que mis maletas debía alguien cuidarlas pues con ellas no podía entrar. Yo empecé a orar en mi mente que Dios me guiara a que persona confiarle mis maletas, y encontré a una señora con excelente actitud que me hizo ese enorme favor. Ahí íbamos con dos policías en cada lado, yo tratando de sacarles platica, al llegar al lugar donde recordaba que había dejado los regalos, ya no estaban, en ese momento me di por vencido, cuando aparece otro policía y me pregunta que estaba buscando, le cuento la misma historia y me dice «¿dentro de tus regalos venia café?» Y yo, «¡sí!», me dijo: «entonces aquí tenemos todos tus regalos, tu café llenó de aroma nuestras oficinas», y yo hago un chiste y ambos nos reímos, al regresar por mis maletas los policías que me acompañaban a la salida me dicen: «¿Sabe porque accedimos a que entrara?» Y yo les dije: «no se», ellos me dan una lección de vida al decirme: por su actitud, aquí vienen muchas personas prepotentes, malhumoradas creyendo que sus errores son culpa nuestra, nunca cambie su actitud porque eso le abrirá puertas, nos despedimos y eso me dio vueltas hasta el sol de hoy.
Sabes una de las cosas más poderosas que tenemos es nuestra actitud, la cual te abrirá más puertas de lo que piensas, una famosa frase dice: “Una mala actitud es como una llanta ponchada, no avanzarás en tu vida mientras no la cambies”. Este es un buen momento que hagas una PAUSA y pienses como es tu actitud día a día, ¿Será que por eso muchas veces no avanzamos? ¿Será que por eso no podemos mantener relaciones sanas? Etc…
Escoge todos los días con que actitud quieres enfrentar tu vida ¿Bendición o maldición? Esta fue la misma pregunta Moisés le hizo al pueblo de Israel porque traían malas actitudes todo el tiempo. La manera en la que Dios se glorificaría por medio de Israel dependía de ellos.
Deuteronomio 30:19
19» Hoy te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre bendiciones y maldiciones. Ahora pongo al cielo y a la tierra como testigos de la decisión que tomes. ¡Ay, si eligieras la vida, para que tú y tus descendientes puedan vivir!
¿CÓMO MEJORO MI ACTITUD?
1. Aprende a cuidar tu ánimo: No permitas que nada ni nadie apague tu fuego, esa pasión, eso que te mantiene vivo, entusiasmado, ¡eso que hace que cada mañana te despiertes con esas ganas de seguir luchando! Enfócate en Dios más que en la gente.
2. Aprende a no quejarte: Las personas que más se quejan, son las que peor actitud tienen y no hay nada que moleste más que una persona que vive quejándose. ¡Así que no entres en el juego de la queja! Y trabaja más bien por enfocarte en cosas que te hagan agradecer. Recuerda: La Gratitud es la puerta que abrimos para permitir que la abundancia entre a nuestra vida.
-Pastor Alex Méndez / Conectando vida
@alexmendezt
PAUSA