Una de las cosas que me costo al iniciar una relación con Dios era el rendirme. Siempre tuve la idea que ser cristiano era sinónimo de ser débil, y este concepto incremento cuando empecé a lograr muchas cosas en mi vida, abracé la idea que yo podía solo, que cualquier cosa que pasara yo tenia la inteligencia para enfrentarla, cualquier situación difícil y así empezó mi caída en el abismo del egocentrismo, del dolor y del odio.
¿RENDIRME?