
¿Cuándo tus padres estaban enojados contigo como te llamaban? Creo que para muchos cuando te llamaban por tu nombre completo, Ana Sofía, Luis Carlos, Jose Alejandro etc. Venga para acá y en muchos casos hasta el pronombre personal cambiaba, en ese momento venían tantas cosas a tu cabeza ¿Me descubrió? ¿Ahora que hice? Cualquier pensamiento que pasara por tu mente te generaba estrés, ansiedad y en otra culpabilidad. Sea que fuera un grito, un silbido, un sonido podías reconocer a distancia que era algunos de tus padres u autoridades.
Y también es la lucha que muchas veces llevamos en nuestro interior, voces en forma de pensamientos que vienen diariamente a nuestras vidas. Recuerdo la historia de un hombre de 30 años, era alpinista profesional. Desde muy pequeño tenía un gran sueño, llegar a la cima del Monte Everest. Este sueño lo llevó a prepararse durante muchos años y cuando creyó saberlo todo y no necesitar de nadie, se sintió preparado para la aventura, decidió emprender la aventura solo con sus capacidades, si ayuda de nadie.
La noche empezaba a invadir la montaña cuando todavía no había llegado al lugar de descanso, ese día no habría luna y la oscuridad cada vez era más intensa. Empezó a sentir desesperación y por ir a prisa tomo una ruta diferente para acortar camino en un lugar bastante peligroso y resbaló con unas piedras provocándose una caída de cientos de metros. Al caer sintió un fuerte tirón en su cintura y se quedo colgado de la cuerda que lo sostenía. En esos momentos pensamientos de muerte y desesperación llegaban a su mente, y fue ahí donde el empieza a gritar por ayuda, el frío cada vez era más intenso, al darse cuenta de que nadie lo escuchaba, le grita a Dios con todas sus fuerzas: Dios, por favor sálvame, sácame de aquí. Él escucha una voz que le decía: Saca tu cuchillo, corta la cuerda y estarás a salvo. Por la mañana, los miembros del grupo de rescate encontraron el cuerpo de un hombre congelado, colgado y aferrado a una soga a solo 50 centímetros del suelo.
Y tu en medio de la desesperación, temor y estrés ¿Qué voz estás escuchando?
Desde pequeños escuchamos muchas voces algunas las reconocemos fácilmente y otras a las cuales nos acostumbramos, pero muchas de ellas nos lastiman como las voces de la duda, de la culpa, del dolor, del no puedes, del no eres digno, no eres amado, no sirves, eres tonto(a) y muchas cosas similares. Si no aprendemos a escuchar la voz correcta cometeremos muchos errores en nuestras vidas, por eso el antídoto para todo este ataque que vivimos en nuestra mente es escuchar la voz de Dios.
Juan 10:27 dice: «Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen».
Y es que Dios también tiene muchas cosas que decirte, porque es tu creador y te ama, y muchas de esas veces Él quiere hablarte primeramente a través de su Palabra, también a través del Espíritu Santo a tu conciencia, en oración, otras por medio de la exhortación de otras personas, por eso debes buscarlo con todo tu corazón, porque el quiere guiarte, amarte, consolarte. En tu vida debes decidir si le haces caso a tu voz, a la del enemigo o a la de Dios.
Y cuando decides escuchar lo que Dios anhela hablarte, lo que tienes que hacer es aprender a esperar, a permanecer en silencio y escuchar atentamente, no tienes que apresurarte, ni adelantarte en la toma de cualquier decisión, siempre recuerda que la última palabra en tu vida la tiene Dios Si escuchas su voz te ayudará a enfrentar, perdonar y dejar ir, significa que dejaras de pelear con la vida, aceptando a las personas, las situaciones, las circunstancias y los hechos tal como se den, incluidas las decisiones y acciones del pasado, lo malo, así como lo bueno y realmente serás libre. Un día me hicieron estas mismas preguntas que quiero hoy hacerte:
¿En qué formas has permitido que el miedo o la crítica te impidan alcanzar tus objetivos?
¿Estas dispuesto (a) a escuchar solo la voz de Dios?
Recuerda: Que Dios esta a una sola oración de ti….
-Pastor Alex Méndez / Conectando Vida
@alexmendezt
VOCES