¿DEBO ASUMIR DEUDAS?
Para iniciar asumamos que si la biblia menciona a las deudas y realiza una advertencia sobre estas es porque es una costumbre tan antigua como el hombre mismo. Una deuda es la obligación que alguien tiene de pagar, satisfacer o reintegrar a otra persona algo, por lo común dinero. Por general entramos en deudas cuando pretendemos vivir mas allá de nuestras reales posibilidades, victimas de la publicidad, del consumismo y de la presión de grupo. O cuando hacemos compras innecesarias al crédito, poniendo en riesgo la economía familiar. Tampoco podemos olvidar que pueden ser fruto de la mala administración de nuestros recursos y un inexistente presupuesto. Y aunque a veces es necesario asumirlas como en una emergencia familiar, en la mayoría de las veces no es aconsejable. Las deudas no son malas, no pagarlas si.
Como cristianos debemos saber que Dios mira con desagrado a las personas que no cumplen con pagar sus deudas así lo recalca Salmos 37: 21. “El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da”. Dios requiere que hagamos justicia, y hacer a todos los que les es debido, negar el pago de las deudas es pecado.
La deuda no solo significa que no estamos cumpliendo un compromiso sino que además estamos dejando a las personas que te prestaron sin la oportunidad de usar el dinero que tienen derecho y que confiaron en ti. Recuerda amigo que “Todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” Mateo 7:12.
Debemos aprender:
Ser cauteloso antes de asumir deudas
En una sociedad que nos ofrece mil maneras de adeudarnos, con ofertas de automóviles, hipotecas, ropa y estudios, la biblia advierte: “No estés entre los que dan fianzas, entre los que salen de fiadores de préstamos. Si no tienes con qué pagar, ¿Por qué han de quitarte la cama de debajo de ti?” (Proverbios 22:26-27). Aunque asumir deudas a veces es necesario, como para el pago fraccionado de una vivienda, en la mayoría de casos no lo es.
Las deudas son compromisos muy grandes
Así lo demuestra el grado de preocupación e incluso estrés que provocan. No digamos de las noches sin poder dormir así como el rompimiento de relaciones conyugales y familiares. Proverbios 22:7 dice: “El rico domina a los pobres, y el deudor es esclavo del acreedor” Las deudas provocan que quien te prestó tenga poder sobre ti, arrebatando tu libertad.
Las deudas hay que pagarlas.
No hacerlo significa demostrar falta de carácter cristiano. Hacerlo requiere decisión y sacrificio. Dice Santiago 1:5 “Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada”.
Elabora un presupuesto con el mínimo de gastos y cúmplelo al pie de la letra. Busca consejos de personas capacitadas. Reúnete con las personas a las que debes y elaboren juntos un plan de pago.
Lo más importante, ten a diario un tiempo de oración para poder para pagar tus deudas responsablemente. Dice Proverbios 16:3 “Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”. Y si aparecen en el horizonte el desanimo, la preocupación o la tristeza repite lo que dice Filipenses 4:6 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”.